Cuenta la leyenda que Jimmy, antes de subir al escenario cortaba un par de estampillas de su cartulina de LSD,  se las pegaba sobre su frente y cubría con su característico pañuelo y se convertía en  el chamán, el brujo que se burla de las leyes físicas que mantienen a la imaginación encerrada dentro de los cráneos. Su música es un eco que nos devuelve la orografía de  un mundo en el que puedes caminar, nadar, disolverte.

Hendrix es el encantador del fuego y Moebius un explorador  de las criaturas imposibles de Hendrix, sigue el camino del profeta dibujando cómo descompone la realidad a cada paso y mostrándonos visualmente los paisajes sonoros lisérgicos y dalinianos de Jimmy.Cada sonido surge como una bocanada de humo que se eleva en el aire y forma figuras que adquieren cuerpo y vida propia. Organismos que reptan como blandos tentáculos que lo inspeccionan todo, que evolucionan y desarrollan escamas, ojos, patas.